Para la medida de concentración de radón en el interior de las viviendas se emplean detectores pasivos CR-39.

Estos detectores disponen de una tapa permeable al aire y contienen una lámina detectora de partículas α (PADC/CR-39), siendo el sistema de medición de referencia. Son fácilmente manejables, transportables (bajo coste) y no precisan de alimentación eléctrica.
El proceso de medición consiste en colocar los detectores en los recintos característicos de los inmuebles, debiendo permanecer al menos 3 meses, siguiendo un procedimiento y normas de colocación y retirada que se resume a continuación:
El detector debe extraerse de la funda protectora en la estancia en la que va a ser colocada, a partir de ese momento comienza la medición. Cada detector dispone un ID (identificador) que debe anotarse, registrando también la fecha de colocación.
Debe colocarse preferiblemente a una altura comprendida entre 0,50 y 1,80 m sobre el suelo, separado de paredes y puertas y de cualquier otro obstáculo. Es muy importante NO colocarlo dentro de cajones, armarios o vitrinas.
NO colocar en zonas de corriente de aire como ventanas, puertas, pasillos o corredores, junto a ventiladores o aire acondicionado, o cerca de fuentes de calor como electrodomésticos o calefactores.
Tras al menos 3 meses de medición, el detector debe retirarse y envolverse en su propia funda y con ayuda de papel de aluminio y cinta adhesiva.
Debe minimizarse al máximo el tiempo de traslado del detector hasta el laboratorio para evitar que se contamine la muestra.
Esquema de normas de colocación

