Objetivos del proyecto

Entre los retos de este proyecto se encuentra la elaboración de unos mapas de riesgo que informen sobre la probabilidad de que los edificios localizados en un determinado territorio sean susceptibles de presentar en su interior concentraciones de gas radón superiores al nivel de referencia establecido por la normativa europea (300 Bq/m3). Estos mapas pueden tener utilidad en dos situaciones posibles:

1) Que se realice la consulta del mapa para iniciar la construcción o reforma de un edificio. En este caso en función del nivel de riesgo observado se deberán cumplir los requisitos que establece el Código Técnico de la Edificación (CTE).

2) Que se realice la consulta del mapa para comprobar el riesgo en un edificio existente. En este caso, en primer lugar hay que indicar que la existencia de riesgo sólo advierte de que el terreno es proclive a emitir radón, pero el propio edificio establece una barrera que dificulta su penetración al interior. Por eso, antes de plantear cualquier iniciativa de remediación para reducir la concentración de radón es importante realizar una medida que determine el nivel real en el edificio.

Para confeccionar estos mapas es necesario realizar campañas de campo, que se pretenden acometer en la totalidad de municipios canarios, de manera que todos ellos dispongan de una información suficientemente pormenorizada de la situación en lo que al riesgo por radón se refiere.

A nivel nacional, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha publicado unos mapas de riesgo en los que se identifican todos los municipios de Tenerife y Gran Canaria con el máximo nivel de riesgo, a excepción de San Juan de la Rambla y La Guancha.

Las campañas realizadas recientemente por este grupo de trabajo de una manera pormenorizada y rigurosa en los municipios de Telde y de La Laguna, que comprenden una mayor cantidad de medidas de las utilizadas habitualmente en la confección de mapas a nivel nacional, muestran que la situación no es generalizada y que existen zonas donde el riesgo se puede calificar de bajo o moderado y otras en las que el riesgo sí supera el nivel de referencia de 300 Bq/m3.